Ministerio del Ambiente ha detectado dos percances en el estero.
Juan Arroyo Jácome es el administrador de Áreas Protegidas de la Reserva de Producción y Fauna Manglares del Salado, del Ministerio del Ambiente y es quien recomendó, la semana pasada, no darle la licencia ambiental a Petroecuador para que los megabuques con derivados del petróleo descarguen en Tres Bocas.
Como ha dicho EXPRESO, esta zona es considerada reserva protegida, razón por la cual el Municipio de Guayaquil también se opone a la llegada al Estero Salado de barcos mayores a 15.000 toneladas.
"El ingreso de buques de mayor calado, al iniciar la maniobra de amarre a los dolfin, el buque tiene que estar remolcado por tres o cuatro remolcadores, los cuales generan el mismo riesgo de contaminación y ruido que un buque de 15.000 DWT (peso muerto), lo mismo que indica que buques de mayor calado producen mayor riesgo de sedimentación y mayor alteración del ecosistema marino y por lo tanto mayor afectación a la fauna del lugar".
Ya el 4 de enero del año que pasó, Ambiente detectó diésel derramado en el estero, en cuyas zonas cercanas hay aves, cocodrilos, peces, moluscos y crustáceos. En esa época hubo un derrame considerable de diésel, lo que se pudo divisar a "distancias más alejadas, siendo esto consecuencia lógica de la pleamar y bajamar, entendiéndose claramente el impacto negativo que esto causa en la zona".
El otro derrame fue el 20 de abril de 2018, en el momento en el que se desconectó las mangueras de la embarcación que realizaba el alije, pero la Dirección Provincial del Ambiente de Guayas se enteró después de cuatro días de haber ocurrido el incidente, "para lo cual parece que no hay coordinación y agilidad en cuanto a la información que se debe proporcionar a la autoridad ambiental".
Arroyo, en un documento al que accedió EXPRESO, señala que el estudio probabilÍstico de Petroecuador no considera el ingreso de dos buques remolcadores más el de 40.000 DWT (peso muerto) y que además ese estudio ha sido hecho por dos técnicos de la misma empresa. Por lo tanto se debe mantener la restricción.
Fuente Expreso
Como ha dicho EXPRESO, esta zona es considerada reserva protegida, razón por la cual el Municipio de Guayaquil también se opone a la llegada al Estero Salado de barcos mayores a 15.000 toneladas.
"El ingreso de buques de mayor calado, al iniciar la maniobra de amarre a los dolfin, el buque tiene que estar remolcado por tres o cuatro remolcadores, los cuales generan el mismo riesgo de contaminación y ruido que un buque de 15.000 DWT (peso muerto), lo mismo que indica que buques de mayor calado producen mayor riesgo de sedimentación y mayor alteración del ecosistema marino y por lo tanto mayor afectación a la fauna del lugar".
Ya el 4 de enero del año que pasó, Ambiente detectó diésel derramado en el estero, en cuyas zonas cercanas hay aves, cocodrilos, peces, moluscos y crustáceos. En esa época hubo un derrame considerable de diésel, lo que se pudo divisar a "distancias más alejadas, siendo esto consecuencia lógica de la pleamar y bajamar, entendiéndose claramente el impacto negativo que esto causa en la zona".
El otro derrame fue el 20 de abril de 2018, en el momento en el que se desconectó las mangueras de la embarcación que realizaba el alije, pero la Dirección Provincial del Ambiente de Guayas se enteró después de cuatro días de haber ocurrido el incidente, "para lo cual parece que no hay coordinación y agilidad en cuanto a la información que se debe proporcionar a la autoridad ambiental".
Arroyo, en un documento al que accedió EXPRESO, señala que el estudio probabilÍstico de Petroecuador no considera el ingreso de dos buques remolcadores más el de 40.000 DWT (peso muerto) y que además ese estudio ha sido hecho por dos técnicos de la misma empresa. Por lo tanto se debe mantener la restricción.
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